Bueno, hoy hemos avanzado otro poco, y, sinceramente, creo que no trabajaré demasiado en el cuadro a partir de ahora. Soy de la opinión de que un cuadro está acabado cinco minutos antes de que el propio cuadro te lo diga. A veces, es mejor la simplicidad sugerida que la perfección manifiesta.
El bodegón ha superado la inmaterialidad y ya parece asentado sobre la mesa; el tapete ha cogido cuerpo, aunque quizás falle el dibujo de la greca bajo el servilletero. Ahora la diagonal ascendente que une las galletas con las plantas es más visible, y permite pasear la mirada por la composición sin desvíos innecesarios al fondo.
Creo que mañana le daré los últimos toques.
¡Que bonito!el contenido del cuadro es auténtico...el mantel es de verdad, parece que has vestido la mesa para sentarnos a merendar,el sofá invita a que charlemos un rato,los patucos le dan al entorno mucho amor.... Es un trabajo de una belleza real.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Isabel
Gracias, Isabel María. No sé si el resultado será muy bueno, pero los objetos que lo componen son parte de mi vida, de mis amigos, de mis recuerdos, y eso intento: plasmar la emotividad que ellos producen en mí.
ResponderEliminarRealmente vibrante color.
ResponderEliminarFermín
Gracias, Fermín. Intento, a través del color, plasmar una maraña de sentimientos, en gran medida, vibrantes, así que tus palabras me animan para acomenter la última etapa de este proyecto.
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