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miércoles, 30 de septiembre de 2015

El "Cronicón de Huesca" (o el que avisa no es traidor...) // II rencontre de Ladrones de cuadernos (ou une histoire sans fin... Attention, un pavé!!




LLegó, ¡por fin!, el segundo ¡El segundo encuentro de Ladrones de cuadernos! Tras el largo, pero ameno viaje, llega la emoción de los reencuentros nocturnos, jiiiiii…  los abrazotes y estrujones – ejem, la lagrimilla contenida…-, el picoteo en terracita, pues la temperatura era agradable –aunque en esto hubiera opiniones dispares-, la agradable charleta… la contemplación de sacrosantos cuadernos -que quitan el sentío- de algunos  -privilegiados- que, acompañados del organizador, monsieur Lorés, ya habían comenzado la tournée cuaderneril… La charleta de nuevo…  Y nos dieron la una (si nos descuidamos, las dos y las tres), que diría Sabina, jiiiiiii;  hora pues de retirarse, que las diez de la mañana están ahí… ¡Aydiositoooo, no me lo puedo creer!
Han sido tantos los escollos que me parece mentira estar ahí …

Amanece, que no es poco, jiiii…  Viriato y yo, plano en mano, nos acercamos hasta lugar fijado para el inicio del encuentro y buscamos un lugar cercano, una terracita, para desayunar.  Y en ello estamos cuando aparece mi Joshemari muy bien acompañado ¡de Susana Lanau! En Cuenca apenas pude saludarla muy de pasada, pero esta vez ¡nos hemos desquitado!

Reunido en el lugar convenido un buen número de gentes variopintas –y variopintamente ataviadas, rojo clavel incluido- pero dadas al robo, llega la guía, una joven menuda de agradables facciones, gran cumplidora de su oficio,  dispuesta a hacernos la visita en una hora sin dejarse nada atrás -que luego, en San Miguel hay boda y también, a la una, en la catedral-. 

OJiplática, anonadada, aturdida por el veloz inicio de la tournée, por el bombardeo informativo, en principio no sé qué hacer –de hecho no hago nada, salvo escuchar y mirar, mientras pienso: “Aydiositoooo, ¿saco el cuaderno? ¿Pero cuándo, dónde, por qué?  O sea, por qué no se queda –ella, la guía, grrr- un momento en algún lugar en concreto, murmuro para mis adentros…-.
Finalmente, me decido -pardiez que la tipa es veloz-: puesto que tiempo no hay, hagamos pequeñas cosas, que pena sería haber venido para nada hacer (¡Menudo papel, jejeje)… Saco el lápiz –de ikea, ahí es na, esto promete-, abro el cuaderno ¡por fiiin! Miro arriba (sí, sí, buscando ayuna divina, jijiiii) y ahí está, en las alturas, el ábside, el rosetón… ¡qué molón… allá voy…! Ras, ras… garabateo… 


Rotulador gris -punta despeluchada-, de los chinos, sobre Moleskine cuaderno de croquis 13x21 
 

De allá, con la lengua fuera, aún el rosetón en la cabeza,  a las pinturas murales… qué hermosas. Imposible de esto dar fe… hum…  bueno, quizá, acaso… la greca, los escudos –diecisiete cuento-, sus colores, incluso un adorno barroco que aparece bajo el arco… ¡los cazo! ¡Bueno… bien!
Y salimos al claustro… ¡Ooohhhh!  (Allí algunos se atrincheran, adiós, bella guía, adiós…) yo, en cambio, algunos detalles del tímpano de la puerta que le da acceso recojo. Del claustro, no hay más tiempo, la decoración de algún capitel. No, no es el más conocido, que la guía no lo cita, pero a mí me llama El Cordero, qué le vamos a hacer… (Amén)


Rotulador calibrado, acuarela y rotulador gris -punta despeluchada- de los chinos sobre Moleskine cuaderno de croquis 13x21


Luego, en lo que era la sala capitular,  también tumba de reyes –creo- allá, en un oscuro rincón desde el que todo escucho pero nada veo, me encuentro con una tumba. Ah, bueno, ¡¡puede valer!! Y mientras Ferto, desde mi mismo rincón,  a los visitantes retrata, yo, la tumba retrato… El resultado me mola, el parecido es notable, el trabajo limpio… (Arriba me vengo, estoy lanzada… Ah, lo siento – no tengo abuela… qué loca… pues también es cierto).



Rotulador calibrado sobre lápiz de Ikea en Moleskine, cuaderno de croquis 13x21
 

Y de ahí a la catedral, donde me sellan el cuaderno, qué iluuuuu, ¡mi primer sello!… La catedral…Fiuuuu…  Me siento desbordada… Me siento (literal) y al techo miro (que nadie se extrañe, no es vicio sino necesidad – pues que en siendo pequeña todo arriba me parece quedar…- ). Me pueden los nervios: no los míos, -que yo, pese al frenético ritmo, estoy tranquila y relajada: que hoy no hay plancha, ni cocina, ni colada-  sino los de las bóvedas de la nave central; la manera en que se encuentran, los rosetones que los adornan, su brillo dorado... ( ¡brilli-brilli!… soy -¿soy?- una urraca) Sea. Sea lo que Dios quiera, allá voy… ras, ras…


Rotulador calibrado, rotulador gris -el espeluchado, sí-, acuarela y boli brilli-brilli de los chinos sobre Moleskine cuaderno de croquis 13x21
 

En el Pórtico del Obispo, junto a Susana, Viriato, El Ilustre y mi Joshemari se produce uno de esos momentos que se quedan en el corazón. Poco me importa la calidad de mi dibujo. Me importa, y mucho, el momento. Y el momento es hermoso, risueño, relajado, cálido y aterciopelado como la luz que nos acaricia mientras dibujamos (aunque sobre el terreno esto se tradujese en  una “margaritada”… “Mirad,  jiiiiiii… si parecemos lagartijas al sol” – ejem, qué cosas…) 


Rotulador calibrado sobre lápiz de Ikea, sobre Moleskine cuaderno de croquis 13x21
 

Tras la apretada mañana  también comimos -¡Y qué bien comimos!-. Y bebimos – eso sí, unos más que otros-…  y charlamos, bla, bla, bla… y  charlamos: de dibujos, de lo divino y de lo humano;  de lo que comimos, doy fe… acá está dibuengendrado… 


Rotulador calibrado, boli tinta rojo y acuarela sobre lápiz de Ikea. Moleskine cuaderno de croquis 13x21
 

Luego, para rebajar… paseo relajado hasta el Museo provincial, en cuyo interior, una vez atravesado un patio porticado, se encuentran ¡el famoso lugar de La campana de Huesca! (cuya terrible historia e ilustración  -antes- siempre en los libros de texto encontrabas), el imponente salón del trono y la hermosísima estancia de Doña Petronila -la cual, una vez provista de agua caliente, baño y calefacción no desdeñaría yo como segundaresidenciaideal-.  Volvemos al patio porticado, qué bellísimo y tranquilo lugar, donde,  visita nupcial incluida –¡¡viva los novios!!  Jijiji y jajjaja…  unos, acomodados,  otros, los quemás, más bien desparramados por los suelos, apurando todos la luz, perpetramos el último robo, acompañado de nuevo sello … (¡y ya van dos, no me lo creo!) 


Rotulador calibrado sobre lápiz de Ikea. Moleskine  cuaderno de croquis 13x21

 Foto de grupo,  chuspichusqui de categoría y en cantidad generosa… Bla, bla, bla… jijiiiiii, jajaja…  más fotos y primeras despedidas… Au revoir…
 De recogida ya, agradable paseo en muy agradable compañía…  charleta,  muchas risas…  y aunque se intente posponer, llega la despedida: pasó el tiempo tan deprisa… achuchones, abrazotes, abrazotes, achuchones… ¡Nos vemos, nos leemos! ¡Mil gracias,  adiós, catalanes, vascos, aragoneses, madrileños, castellanos, a fin de cuentas… Ladrones- ! ¡Fue un  gran, gran placer!

EPÍLOGO: Imágenes que se quedaron en mi mente-demente...



Rotulador calibrado 005 sobre lápiz de Ikea, bolis magenta y rojo. Moleskine...



Detalle



Y alguna reflexión (qué tostón...)


Pétalos de tela que me buscaron...



¿Qué os dije...? ¡¡ EL CRONICÓN!! Jiiiiiiii

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Ça y est, la deuxième rencontre des voleurs de cahiers est enfin arrivée ! Après un long mais divertissant voyage, arrive l'émotion des retrouvailles nocturnes : les accolades et embrassades, une petite larme -à peine contenue- un apéro en terrasse, car la température était plus qu’agréable, malgré les opinions divergentes à ce sujet, la discussion sympa, l'admiration des sacrosaints cahiers -qui obnubilent quelques-uns -privilégiés- qui, accompagnés par l’organisateur, monsieur Lorés, avaient déjà entamé la ronde des cahiers...
Discussion de nouveau… jusqu'à pas d’heure ; héhé, puis il est temps de se retirer, car il est dix heures du matin…. Je n’arrive pas à y croire !
Il y a eu autant de contretemps que c’est incroyable d’être enfin là….
Le jour se lève et Viriato et moi, le plan à la main, nous rapprochons de l’endroit fixé pour le début de la rencontre et cherchons un lieu, en terrasse, pour petit-déjeuner. Nous sommes encore en train de chercher quand apparaît mon Joshemari accompagné de... Susana Lanau ! J'ai à peine pu lui dire bonjour comme il se doit à Cuenca, mais cette fois-ci je me suis rattrapée. 
Réunies au lieu convenu un bon nombre de personnes diverses et variées, chacun son style, mais tous des voleurs, arrive le guide, une jeunette menue et au visage agréable, très professionnelle, prête à nous faire la visite en une heure chrono sans rien oublier, car, voyez-vous, il y a un mariage à treize heures.
Bouche bée, pantoise, déboussolée par le rythme infernal de ce début de notre tournée, par la quantité d’informations, au début je ne sais pas quoi faire –d’ailleurs je ne fais rien, sauf écouter et regarder, tout en pensant : dois-je sortir mon cahier ? Mais, quand ? Où ? Pour quoi ? Mais pourquoi est-ce qu’elle –le guide- ne resterait pas deux minutes au même endroit ?
Finalement, je me décide : comme le temps manque, faisons plutôt de petites choses, ça serait dommage d’être venue pour ne rien faire. Je sors mon crayon –de chez Ikea, la classe- j’ouvre mon cahier, enfin ! Je regarde vers le haut (à croire que je cherche l’aide du divin...) et la voilà, tout là-haut, l’abside, la rosace... à l’attaque ! Je gribouille...
Ensuite, hors d’haleine, la rosace encore dans la tête, je passe aux peintures murales...si belles. Impossible de les décrire...bon, peut-être, la frise, les armoiries –j’en dénombre dix-sept-, les couleurs, même une décoration qui apparaît sous l’arc... je les saisis... bien !
On sort du cloître, ohhhh ! Pendant que le guide nous quitte, j’en profite pour capter quelques détails du tympan de la porte d’accès. Du cloître, il ne reste plus de temps, je dessine la décoration d’un chapitre. Non, ce n’est pas le plus connu, le guide n’en parle même pas, mais je suis fascinée par L’Agneau, on n’y peut rien...
Après, dans ce qui fût la salle du chapitre, aussi tombeau de rois –je pense- là-bas, dans un coin sombre depuis lequel j’entends tout mais je ne vois rien, je trouve un tombeau. Ah, bon, ça peut le faire ! Et pendant que Ferto fait le portrait des visiteurs, moi, je fais celui du tombeau. Le résultat me plaît, la ressemblance est là, le travail est propre... (J’ai les chevilles qui enflent, désolée, je suis un peu folle, c’est vrai)
De là nous allons à la cathédrale, où l’on tamponne mon cahier, trop bien, mon premier tampon !!! La cathédrale...whaooo Je me sens submergée... je m'assois et regarde au plafond (pas de panique, ce n'est pas par vice mais par besoin, je suis petite et tout ce qui est haut semble...très haut). Je me concentre sur les nervures des voûtes de la nef centrale, les rosaces qui les décorent, leur brillance dorée... (si ça brille, ça m'attire ! serais-je une pie ?) Soit. Advienne que pourra, me voilà, je gribouille...
Sous le portail de l’évêque, avec Susana, Viriato, L’Illustre et mon Joshemari, se produit un de ces moments qui restent dans le cœur. Peu importe la qualité de mon dessin. Ce qui compte, et beaucoup, c’est le moment. Et ce moment est beau, gai, détendu, chaleureux et velouté comme la lumière qui nous caresse pendant qu’on dessine (même si j’ai été moins poétique sur le moment, « regardez, on dirait des lézards au soleil ! »)
Après une matinée bien remplie, l’heure du repas. On a bien mangé ! On a bien bu ! (certains plus que d’autres) On a bien discuté, bla, bla, bla, et discuté : de nos dessins, du divin et de l’humain, de ce qu’on a mangé... ça, j'en témoigne avec mon griboullis...
Ensuite, pour digérer, promenade détendue jusqu’au musée, où se trouve, après avoir traversé un patio, le fameux lieu de « La campana de Huesca » ! (son histoire terrible était toujours expliquée dans les manuels scolaires, mais ça, c'était avant). L'imposante salle du trône et le très beau séjour de Doña Petronila -en y ajoutant eau chaude, toilette et chauffage, résidence secondaire idéale-. Retour au patio, endroit calme et beau, où, visite nuptiale inclue -vive les mariés !- nous procédons au deuxième vol, avec son tampon (et de deux, je n’arrive pas à y croire !) Pour cela, certains ont trouvé une place, d’autres s’allongent par terre, mais nous profitons tous de la lumière.
Photo de groupe, apéro royal et gargantuesque... bla, bla, bla, encore des photos et premiers au-revoirs...
C’est déjà le moment de ranger, agréable promenade en bonne compagnie... discussion, beaucoup de rires, et même si on voudrait le retarder, le moment de dire au-revoir est arrivé. Le temps est passé trop vite, embrassades, accolades, bises... On se voit, on se lit, bientôt ! Mille mercis, au revoir, catalans, basques, aragonais, madrilènes, castillans, en fin de comptes... tous des Voleurs ! Ce fût un grand, grand plaisir !

Épilogue: des images qui restèrent dans ma tête...
Et une réflexion... (un pavé!)
Qu'est-ce que je vous avais dit? UNE HISTOIRE SANS FIN (UN PAVÉ!) Hé, hé...