Los planes para la soleada mañana de nuestro aniversario de
boda eran simples y relajados: pasear por el pueblo, visitar -de nuevo- la
librería de libros usados, entrar sin prisas en las coquetas tiendas que recorrían
nuestra larga calle hasta llegar al puerto para después coger el coche e irnos
a comer a un coqueto restaurante, en un pueblecito cercano, para celebrar “lo
nuestro”. Y salimos, tranquilamente, sin prisas. A medio camino entre nuestra
casa y el puerto, comenzaron a caer cuatro gotas. Luego el cielo se puso negro.
Muy negro. A las doce de la mañana el mediodía se tornó noche cerrada -solo
alumbrada por los escalofriantes relámpagos- y las cuatro gotas en diluvio. Y
así, nos convertimos en auténticos cuerpos tan andantes como chorreantes.
Calados nuestros cuerpos y nuestras vestimentas hasta lo más íntimo de nuestras
más íntimas prendas culminamos el regreso a casa siendo regados por el agua que
los autos, pese a circular lentamente, arrojaban sobre la acera.
La tarde pasó
rápidamente entre toallas, lavadoras, y turnos de secador. No, nada de
coquetería capilar: el secador sirvió para secar zapatos y deportivas.
L'improvisé atelier de séchage après l'orage du 13 août à Whitstable : lápiz de Ikea, rotulador calibrado y acuarela sobre Moleskine cahier d'esquisses 13x21 |
Celebramos “lo nuestro” con ensalada, espaguetis y juegos de
mesa. Y he de decir que fue un aniversario muy especial, con ese punto de
genialidad que lo imprevisto confiere a cualquier asunto, además de sonoro,
bastante eléctrico, y muy… húmedo, jiiiii…
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Le projet pour le
matin ensoleillé de notre anniversaire de mariage était simple et
détendu : flâner par la ville, se rendre -de nouveau- à la librairie
d’occasion, parcourir tranquillement les petites boutiques qui parsemées dans
notre rue conduisaient jusqu’au port, pour après prendre la voiture pour
arriver jusqu’à un restaurant très mignon, en une petite ville prochaine, pour
célébrer «notre affaire» (notre anniversaire de mariage). Et on est sorti.
Tranquillement, sans se presser. À la moitié du chemin, entre notre maison et
le port, trois ou quatre gouttes ont commencé à tomber. Ensuite le ciel est
devenu noir. Très noir. À midi il était nuit noir -seulement allumée par les
effrayants éclairs- et les quatre gouttes, le déluge. Et c’est ainsi qu’on est
devenus en des corps aussi errants que coulants. Trempés nos corps et nos
vêtements jusqu’à le plus intime de nos vêtements plus intimes, on a culminé la
rentrée étant arrosés par l’eau que les voitures, même si elles circulaient
doucement, jetaient sur le trottoir.
L’après-midi est passée trop vite entre des
serviettes, faire la lessive, et se relayer avec le sèche-cheveux. Non, pas de
coquetterie capillaire, le sèche-cheveux a servi à sécher nos chaussures et
tennis.
On a célébré
« notre affaire » avec une bonne salade, des spaghettis et des jeux de
société. Et je dois dire qu’il a été un anniversaire très spécial, avec ce
point de génialité que l’imprévu met à n’importe quelle affaire, en plus de
bruyant, assez électrique, et très… humide, hé, hé…
¡Las mejores celebraciones son las que surgen fruto de la improvisación y los mejores dibujos los que nos evocan momentos tan felices!;))
ResponderEliminarBesitos
¡Y que lo digas, Isabel! ¡Nada como la improvisación para sacarle los colores a esos imprevistos que se presentan, jiiiii...!
EliminarAbrazotes gordotes
La Tormenta perfecta, os llevó a celebrar
ResponderEliminarlo vuestro, en la más intima perfección.
Un humedo ambientazo, jugando en la mesa,
con espaguetis y ensalada mas fresquetes que dos YETHIS, y con discoteca celestial.
Que más se puede desear !!!
Y mira que el proyecto era apetitoso,
paseo mano con mano, de ojeo libreril, de shoping in the street, con riesgo de acabar
en prisión, por un posible beso en el puerto.
Ni coqueteo cocheril, ni restauración popular,
y en un adelanto de nocturnidad... dos pedos
celestiales, un par de luciernazos, un
salpicón rutero, y convertidos en una mezcla de esponja y algas marinas, como salidos
del Jordán en sacrosanto bautizo, el tiempo
quiso, e hizo, replegaros de tal guisa, a
la más severa intimidad, para celebrar,
secamente y recordar igualmente, con toalla
y secador, aquella vuestra, feliz, primera
noche de amor.
Quita de ahí la pata, que estas mojao !!!
Un dibujazo, mas perfecto, que la Tormenta,
ilustra, con perfección, el feliz final que
tuvo, tal celebración.
Bueno, intimidad intimidad... éramos seis almas reunidas en aquella nuestra casita, tan mona ella, jiiiii... pero "muy recogidito" sí que estuvo. ¡¡Y muy divertido y entretenido también estuvo! -tuvimos campeonatos varios, incluido el de poner lavadoras, el de encontrar lugar a cubierto para su tendido, el de la caza de la toalla seca, y el de resistencia -que nos lo proporcionó el secador-. Por mi parte tuve también el de me escaqueo un rato -ya secáis vosotros, no se vayan a largar los modelos- para dibujar el bello bodegón zapateril.
EliminarNo obstante, pasados un par de días nos fuimos a ese coqueto restaurante y "re-celebramos": ja, aguas a nosotros, siendo tema de condumia... ¡nada nos detiene! -si acaso, nos demora, pero detenernos...
Abrazotes gordotes
PD: lo que daría yo hoy por esas aguas del cielo, tan frescas y regantes, con esta chicharrilla que tenemos sobre nosotros...
Nunca llovió que no escampara al igual que nunca mojó que no secara...
ResponderEliminarLo tuyo es la vida en un cuaderno, Marga. Algo que parece sencillo pero no lo es tanto.
Un fuerte abrazo.
Pues eso es verdad, lo de que nunca llovió que no escampara. A decir verdad, con esta chicharrilla que hace días nos invade, y con lo que a mí me gusta la lluvia, te puedes imaginar lo que daría yo por una tormentita de verano, bien refrescante y bien surtida de agüita como aquella... jiiiii...
EliminarAbrazotes gordotes
PD: dices tú de cuadernos... Cuadernos varios, sí; muchos incluso. Hum... tal vez demasiados... ¡y todos ellos a medias!
Bueno, bien visto, como la vida misma, como mi misma vida jiiiii...
A veces los mejores planes son los que no se planean. Felicidades tortolitos!!! les deseo muchos años más donde las tormentas sean tan fáciles de solucionar como ésta!!
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias, Marce! Ahí estamos, queriéndonos tal como somos (cada uno con sus peculiaridades)y capeando nubarrones, borrascas y alguna que otra tormenta, jiiiii...
EliminarLa celebración resultó peculiar pero muy hermosa (y no podemos quejarnos porque tener, lo que se dice tener, tuvo su sorpresa, jiiiii...)
Abrazotes gordotes
Tú habilidad como narradora es igual de buena como la de la pintura Margarita.
ResponderEliminarDe cualquier forma celebraste un día especial aunque no fuera el planeado...la lluvia también tiene mucho romanticismo.
BESOS ........Gracias por tu visita !!
Muchísimas gracias M.J. Dibujo y palabra, palabra y dibujo: en esta cabeza loca van siempre de la mano; es más, no son pocas las veces en que la palabra se anticipa a lo que será un dibujo, un boceto, un cuadro. Algo así como el concepto antes que la imagen. Somos así (yo y mi otro yo 0_* jiiiii...)
EliminarLa celebración, con su imprevisto, tuvo su aquél; y las buenas risas que nos echamos viéndonos, el día en sí, fueron -en conjunto- geniales. Y vistas en la distancia una siente que no tienen precio.
Abrazotes gordotes
Qué bonito Margarita plasmar así momentos de la vida, de tu vida. Me parece genial y a la vez narras perfectamente tus obras de arte, porque cada boceto, cada dibujo, cada apunte que haces es una obra de arte. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarPequeñas cosas que hacen que la vida valga la pena. Y esas pequeñas cosas son las que a mí me gusta contar: a veces con palabras, a veces con un dibujo... Y con frecuencia, si a una le falta la otra acaba resultando que ambas se sienten incompletas :D).
EliminarMuchísimas gracias y abrazotes gordotes