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jueves, 4 de agosto de 2011

Papilla, patucos y otras gaitas... Paso a paso (II)


Esta es la segunda sesión del cuadro; después de una hora he parado para hacerle una fotito. Lo cierto es que me gusta analizar las distintas fases de un cuadro, y por eso a menudo saco la cámara de fotos e inmortalizo el momento. Visualizando cada momento reflexiono y aprendo de los errores. 

Os confesaré un secreto: la paleta de color que me he propuesto usar en este bodegón, y que, de hecho, es mi paleta básica y única. El mejor color no está en el tubo, sino en las buenas mezclas, por eso rehuyo los verdes de tubo y el negro. Así pues, voy a usar: azul ultramar y azul cyan, sombra tostada, siena tostada, ocre amarillo, amarillo limón, rojo cadmio, carmín y blanco. Los pinceles son planos, de cerda, de los números 4, 6 y 8, quizás un poco grandes para lo pequeño del cuadro, pero los prefiero así para aumentar la capacidad de síntesis.

En esta fase me he dedicado a manchar las superficies por igual; trabajar la totalidad del cuadro es fundamental, porque cualquier cambio localizado afecta a todo el conjunto. 

Transcurridas otras dos horas, me empiezan a gustar algunas cosas, aunque aún queda mucho trabajo por delante. Aquí empiezo a notar la textura del fondo: por algún extraño motivo, suelen parecer hechos a pastel, y siempre tienen un toque impresionista. Aunque lo dejaré reposar para mañana porque la luz ya ha empezado a cambiar. 

6 comentarios:

  1. Estoy muy interesado en este proceso y aguardo el siguiente paso. Gracias por compartir.
    Fermín

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  2. Gracias por tu interés, Fermín. Espero que este proyecto pueda aportarte algo, serte de utilidad.

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  3. Pues me alegro que te de por sacar la cámara para fotografiar las distintas etapas de un cuadro...porque así nos regalas un estupendo "paso a paso" jeje. Curioso lo del dibujo inicial con lápices acuarelables, no lo había oído. ¿Nunca utilizas carboncillo para el dibujo inicial? Me gusta mucho la paleta de colores que utilizas, reducida pero con infinitas posibilidades para crear color. De hecho me la he apuntado porque 9 colores los hace muy manejables. Ahora que empiezo a iniciarme con acuarelas quiero crear también mi propia paleta, y la elección que tú has hecho me gusta (no te importa que te la copie ¿no? jeje).

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  4. Gracias, escritor. Pasaré por tu casa en cuanto pueda.

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  5. Hola Eduardo. La verdad es que antes bocetaba con sanguina o lápiz de pastel, pero el lápiz acuarelable no enturbia y es muy manejable. El carboncillo me gusta más para trabajar sobre papel, si bien souy una fanática de la sanguina y la sepia...

    En cuanto a la paleta reducida, es cierto que da mucho juego porque la necesidad de hacer tus mezclas acaba por mostrar la manera en la que cada uno siente el color, cómo uno siente el tema,así que me alegra que te sea de utilidad.

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